Nació en Ciudad Guzmán, Jalisco, el 20 de agosto de 1901; fueron sus padres don Luis Guzmán y doña Victoria Velasco. La curiosidad primero y el gusto por los sonidos después, pero sobretodo la confianza que supo ganar a Petronila López, le llevó a iniciarse en el cultivo del arte musical y de una sólida amistad cono Rodolfo López Cobián, hijo del maestro, quien también alcanzó renombre.
Contaba con 12 años de edad cuando ya formaba parte de la Banda Josefina fundada por el padre Silviano Carrillo, y con 19 años de edad, cuando principió estudios de violín con Juan Díaz Santana, en la ciudad de Sayula.
La primera presentación pública en reconocido recinto, tuvo lugar el 19 de julio de 1922, en el Teatro Degollado de Guadalajara.
El deseo de superación profesional, “para no ser un lírico”, le llevó a tomar la determinación de inscribirse en el Conservatorio Nacional de Música, el 1 de mayo de 1924.
En 1934, realizó su primera gira artística por Jalisco y Colima. Ese año fue en el que, el 27 de abril, presentó el primer recital en su pueblo natal, en el Cine Royal, siendo su promotor el señor Emiliano González, Jr.
El 1 de febrero de 1935, fue nombrado profesor de enseñanzas musicales, de la sección de música, dependiente de la Secretaría de Educación Pública, con cuyo nombramiento se inició en la formación de jóvenes valores musicales. Un año posterior, fue nombrado profesor de solfeo en el Conservatorio Nacional y de violín, en la Escuela Superior Nocturna de Música. En 1940, en el Conservatorio Nacional de Música, recibió los títulos de Maestro Violinista y Maestro Compositor. Entre algunas de sus composiciones de esos años, se cuentan: Cuartetos de cuerdas, Sinfonía para gran orquesta y obras para banda, piano y violín.
Casó el 2 de abril de 1945 con la señorita Beatriz Cárdenas, oriunda de Tuxpan, Jalisco, en la iglesia parroquial de Zapotlán.
En 1950, como caso excepcional en México, el 14 de julio, recibió los títulos de Maestro Violinista y Maestro Compositor. Para el 24 de diciembre del mismo año, aprovechando su estancia en Ciudad Guzmán, se le invitó a inaugurar el Orfeón “José Rolón”, mismo que era dirigido por Telésforo Martínez.
En enero de 1951, se ofreció un recital en beneficio del Hospital San Vicente, en el cual participaron Luis Guzmán y Rodolfo López, haciendo entrega íntegra de los fondos recaudados para el “auxilio de la humanidad doliente”. En 1952, el 19 de octubre, en el Palacio de Bellas Artes, tuvo Luis Guzmán la distinción de ser el primer violinista mexicano que actuó en este escenario con un recital formado sólo con sonatas. El 30 de mayo de 1963, ofreció un magno recital en beneficio de la reconstrucción del templo de El Sagrario, acompañado de su gran amigo don Rodolfo López.
El 16 de marzo de 1998, el corazón de un anciano zapotlense dejó de latir en la Ciudad de México.
Las notas de su violín, fueron cinceles que contribuyeron a labrar la cantera de El Sagrario y a aliviar a la humanidad doliente del Hospital San Vicente… Los zapotlenses estamos obligados con él”.
(GIL Pérez, Adrián: “Luis Guzmán”, en Imagen del Sur, publicación bimestral, Ediciones Cuellar, Guadalajara, Jalisco, marzo-abril de 1998, pp. 16-18)